Lo primero que he de decir, como otros padres ya han
comentado, es que las instalaciones a nivel de limpieza, organización y orden
de la sala y de todo el rato que duró la comida, muy bien; el personal atento
con los alumnos y sin parar de atenderles.
Lo primero fue charlar un rato con la encargada del comedor
me explicó varias cosas sobre el menú del día, que era el favorito de los
chicos, que era el día que más rápido comían, que podían repetir de todo, que
había además lechuga y jamón de york (tocaba queso según el menú, pero daban
jamón) para todo el que lo pidiera, y que los mayores elegían fruta: hoy entre
manzana, pera y naranja… estuvimos hablando también que aunque es labor de las
monitoras, éstas además de ofrecer más comida, ayudar a los pequeños, etc…
también se encargan de una parte de la educación, como es el no levantarse, estar
con una actitud correcta en la mesa, el mantener su sitio lo más limpio
posible…
…el día de la sopa y la tortilla… siempre había querido saber
cómo se les había ocurrido a los nutricionistas semejante combinación… una de
las explicaciones que me dio la encargada del comedor es que el huevo es
altamente proteíco.
Una vez empezaron a entrar los pequeños, me fui hacia la zona
de servir para recibir mi comida…
bandeja de metal gris, añadí cubiertos, servilleta, vaso , fruta que
elegí naranja y a la zona de servir… cazo de sopa y triangulo de tortilla de
patata, me preguntaron si quería mas o si no luego podría repetir, pero eso era
la ración estándar (aunque a muchos de los mayores les ponían dos triángulos de
tortilla) … la monitora de mi hijo me completó el menú con lechuga y dos
filetes de jamón de york, y en la mesa (de los mayores) tenía agua del tiempo y
pan de leña.
La temperatura de la comida era muy correcta…. Los fideos de
la sopa blanditos, fáciles de comer; a la sopa le faltaba un poco de
“sustancia”, no es que estuviera sosa de sal, sino…sosa. La lechuga, muy buena,
tierna, bien aliñada, el jamón de york muy bueno y el pan bueno. La tortilla de
patata en la línea de la sopa. La naranja muy buena. Y para mi sorpresa,
incluso antes de que yo acabara, muchos niños habían terminado ya, pieza de
fruta incluida… efectivamente es uno de los menús favoritos de los niños.
Las monitoras no daban casi abasto con las soperas de sopa
para dar de repetir, muchos niños repetía, sin problema. Igualmente de jamón,
tortilla… de todo. Estoy segura de que ningún niño que lo pidió se quedó con
hambre. Especialmente los mayores comían casi todos lechuga y la fruta sin
problema.
Con el consentimiento de la monitora de la clase de mi hijo,
y como todos habían terminado menos el mío, me acerqué a su mesa unos
minutillos… ya me había parecido una comida poco relajada en cuanto al volumen de
voz en el comedor, no era una cuestión de jaleo ni riñas ni caídas de objetos…
no; era simplemente un tema de elevado volumen; y así cuando me acerqué a la
mesa de mi hijo, no era capaz de escuchar con claridad a la niña de enfrente
que se tenía que esforzar en hablar alto para que yo la oyera… teniendo en
cuenta que nuestro comedor está especialmente diseñado acústicamente para
absorber ruidos… me dio que pensar en que todos tenemos que trabajar en
intentar bajar el volumen de nuestros pequeños.
Y como si nada, como si no fueran cuatrocientos niños, con el
mismo orden que entraron, empezaron a salir del comedor primero a asearse, y
luego unos a sus actividades extraescolares, otros al patio, y los pequeños a
sus recreos.
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