Los niños ocuparon su lugar y desde la azotea del edificio de enfrente se hizo una bonita foto que quedara para el recuerdo.
Catalina nuestra nueva cabezuda apareció y los niños de 5° de primaria le recitaron su pregón y tras el chupinazo de confetis la fiesta empezó.
Se repartió el almuerzo y los zumos, se bailo, se canto, se corrió y Catalina no paro.
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